Sevilla abre sus puertas al mundo con la Exposición Universal de 1992

 Lectores, bienvenidos a una de mis entradas favoritas en la que os voy a hablar de la Exposición Universal de 1992 o mayormente conocida como Expo '92. Seguramente la mayoría de los que estáis leyendo esto sepáis perfectamente que es la Expo 92 y lo que supuso para nuestro país y en mi caso para nuestra ciudad, Sevilla. 

Esta exposición tuvo una duración de seis meses, comenzando el 20 de abril y finalizando el 12 de octubre, fecha la cual coincide con el quinto centenario del descubrimiento de América, hecho que quería ser rememorado en esta exposición.  

La mascota oficial fue Curro, este simpático pájaro multicolor. Su autor, Heinz Edelmann, explicó que dibujó un pájaro porque es libre y vuela, dijo que la nariz debería ser algo desigual. Nuestro personaje no tenía dientes, tenía las piernas de elefante, un cuerpo de dinosaurio y una cabeza, como podemos observar, ligeramente ovalada. Otro dato curioso es que su cresta y pico a cinco colores que representan los cinco contenientes.

Durante el tiempo que duró la exposición se produjeron mas de 41 millones de visitas y mas de 18.000 periodistas de múltiples países dejaron grandísimas cantidades de dinero en nuestros hoteles, comercios, restaurantes... y no solo en Andalucía, si no en muchos lugares de España. 

En el día de su inauguración miles de palomas y globos surcaron el cielo y mientras, los 38 campanarios de Sevilla repicaban a la vez. Este día el perfil de nuestra ciudad cambió por completo, su imagen dejó de ser la de una ciudad turística vinculada especialmente a tradiciones como la Semana Santa o la Feria de Abril. 

Además con motivo de facilitar la llegada de los turistas a nuestra ciudad, se inauguró la primera línea de alta velocidad (AVE). Al concurrir la exposición y con el paso de los años, el 80% de los pabellones se han ido desmantelando quedándonos solo con 32 de ellos, los cuales hoy en día ocupan algunas empresas, donde trabajan más de 17.000 personas. 

Se pensó en aprovechar el impulso que dio la expo para convertir la cartuja en un espacio futurista y de innovación, pero la grave crisis en los años posteriores dificulto este hecho, que poco a poco se está retomando en la actualidad.